23/3/09

El Marqués de Sade

Donatien Alphonse François de Sade, más conocido por su título de Marqués de Sade y llamado por sus admiradores "el Divino Marqués" (París, 2 de junio de 1740 – Charenton-Saint-Maurice, Val-de-Marne, 2 de diciembre de 1814), fue un escritor y filósofo francés, autor de varias novelas que aúnan los relatos eróticos con la exposición de un sistema filosófico materialista y ateo. Su filosofía es la de la libertad extrema, sin el freno de la moral, la religión o las leyes, con la búsqueda del placer personal como principio más elevado. De su nombre procede la palabra "sadismo". Escribió la mayor parte de sus obras durante los 29 años de su vida que pasó en prisión.
Muchas de las obras de Sade contienen explícitas descripciones de violaciones e innumerables perversiones, que en muchas ocasiones incluyen violencia y a veces llegan a trascender los límites de lo posible. Los libertinos que protagonizan las obras de Sade fundan su filosofía en un resuelto desprecio de las normas morales y en el odio a la moral religiosa. En la naturaleza, afirman, el fuerte gana y el débil pierde; por lo tanto todas las leyes y éticas, diseñadas como son para proteger al débil, son vistas como antinaturales.
Sade fue un autor prolífico que se adentró en diversos géneros. Gran parte de su obra se perdió víctima de numerosos ataques; entre ellos, los de su propia familia, que destruyó numerosos manuscritos en más de una ocasión. Otras obras permanecen inéditas, principalmente su producción dramática (sus herederos poseen los manuscritos de 14 obras de teatro inéditas).Se conoce que en su estancia en La Coste, posterior al escándalo de Arcueil, Sade formó una compañía de teatro que daba representaciones semanales, en algunas ocasiones de sus propias obras. También se sabe que en ese tiempo viajó a Holanda para intentar publicar algunos manuscritos. De estos trabajos, que serían su primera obra, no se conserva nada.
Sí se han conservado y publicado varias de las cartas que escribió a su esposa desde prisión. Algunas de ellas muestran una extraña y paranoica obsesión con el significado oculto de los números. Su obra más difundida en su tiempo y durante el siglo XIX fue "Justine o los Infortunios de la Virtud". Sade intentó que fuese un revulsivo en la literatura francesa de la época que consideraba moralista. La crítica deploró esta obra que se publicó anónima y circuló clandestinamente. Fue considerada obscena e impía y a su autor se le calificó de depravado: "El corazón más depravado, la mente más degradada, no son capaces de inventar algo que ultraje tanto a la razón, al pudor y a la honestidad." "...el famoso Marqués de Sade, el autor de la obra más execrable que jamás haya inventado la perversidad humana". A pesar de que su edición fue clandestina, circuló profusamente. En vida de Sade se hicieron seis ediciones de la misma y los ejemplares pasaban de mano en mano, leyéndose de forma oculta, convirtiéndose en una novela maldita. En el siglo XIX continuó circulando clandestinamente, influyendo en escritores como Flaubert, Dostoievski y en la poesía de Baudelaire.
A principios del siglo XX, el poeta Guillaume Apollinaire editó las obras del marqués de Sade, a quien consideraba "el espíritu más libre que haya existido jamás". Los surrealistas lo reivindicaron, considerándolo uno de sus principales precursores. Después de la Segunda Guerra Mundial, en Francia, un gran número de intelectuales prestaron atención a la figura de Sade: Pierre Klossowski, Georges Bataille, Maurice Blanchot, Roland Barthes y Jean Paulhan. Gilbert Lély publicó en 1950 la primera biografía rigurosa del autor.
Simone de Beauvoir (en su ensayo "¿Debemos llevar a la Hoguera a Sade?") y otros escritores, han intentado localizar vestigios de una filosofía radical de libertad en los trabajos de Sade, precediendo al existencialismo en unos 150 años. Del mismo modo, el psicoanalista Jacques Lacan postula en su ensayo "Kant avec Sade" que la ética de Sade fue la conclusión complementaria del imperativo categórico postulado originalmente por Immanuel Kant.