.jpg)
Extendido por el Romanticismo y universalizado por el Fausto, simboliza el proceso de pérdida de fe y concreción a lo práctico según un sistema moral relativista propio de las sociedades avanzadas como consecuencia de la Revolución científica y la industrial.
Mefistófeles es presentado muchas veces como una figura tragicómica, atrapado entre su victoria al lograr que las grandes masas dejen de considerar a Dios en el centro de todas las cosas, y su derrota al perder él mismo relevancia por el mismo motivo. En muchas culturas y mitologías se compara a Mefistófeles con Satanás o Lucifer. Lo cierto es que Mefisto, un demonio proveniente del odio hacia las reglas establecidas por Dios, fue la primera estrella caída en la pelea del Dragón y San Miguel y en jerarquía demoníaca tiene alto rango sobre Astaroth, Azazel, ó Behemoth entre otros, y es el mal encarnado.
En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido representado como la representación más "refinada" del mal, utilizando ropas fastuosas dignas de un personaje de la nobleza. Se le suele representar como un ser racional, altamente frío y con un alto nivel de lógica, misma que utilizaría para poder atrapar mentalmente a las personas y hacer que sigan sus oscuros designios.
Mefistófeles es un personaje clave en todas las versiones de la novela Fausto, siendo de éstas la más popular, la del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe. Mefistófeles se le aparece al Dr. Fausto, un viejo científico, cansado de la vida y frustrado por no llegar a poseer los conocimientos tan amplios que desearía tener, que decide entregarle a este diablo su alma a cambio de alcanzar la cumbre de la sabiduría, ser rejuvenecido y obtener el amor de una bella doncella.