7/8/09

"El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!"

"El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!" (en francés: "Le Roi est Mort, Vive le Roi!) es una proclamación tradicional que se hace después del ascenso de un nuevo monarca en varios países tales como el Reino Unido, Canadá y otros. La frase original fue traducida del francés, que fue el primer idioma al utilizarla tras la coronación de Carlos VII al haber muerto el padre de éste, Carlos VI en 1422. En Francia, esta declaración era tradicionalmente hecha por el Duc d'Uzès, un noble superior del país, tan pronto como el ataúd que contenía los restos mortales del rey anterior entraba en el panteón de la basílica de Saint Denis. La frase tiene su origen en una ley que transfiere la soberanía entre el rey muerto y su sucesor al mismo instante en que ocurre la muerte del primero. "El Rey ha muerto" es por tanto un anuncio de que un monarca acaba de fallecer. "¡Viva el Rey!" se refiere a su heredero, que es nombrado inmediatamente el sucesor al trono.